Tras el fallecimiento de un ser querido, pese a que es un momento complicado, hay que llevar a cabo una serie de trámites y gestiones administrativas, que no siempre son fáciles.
Entre los primeros pasos que tendrá que realizar como familiar se encuentran solicitar el certificado de fallecimiento y a continuación el certificado de últimas voluntades y seguros de vida.
Con este segundo certificado podrá saber si se llevó a cabo el otorgamiento de testamento o no, si lo tenía redactado y cual es el reparto de los bienes entre los familiares. Si hay testamento habrá que acudir ante el notario determinado que se indique en este certificado para que le facilite una copia del testamento y poder leerlo.
Con la lectura del testamento, en teoría, se averiguará de qué forma la persona fallecida decidió en su día repartir sus bienes o propiedades, normalmente, a sus familiares más allegados. Este testamento, tras ser leído, hay que liquidarlo y repartirlo entre sus beneficiarios. Lo que puede ocurrir es que los familiares acepten la herencia sin problema y estén conformes con la decisión del fallecido y se proceda a realizar el reparto según la voluntad del fallecido, o por el contrario, que aparezcan conflictos o que no haya consenso entre los familiares que vayan a heredar; en ese caso este reparto es más lento y costoso.
Si hay conflictos y el proceso se complica es importante que cuente con abogados profesionales expertos en familia y herencias, para que puedan asesorarle jurídicamente y que le indiquen como actuar en cada caso. Podemos asegurarle que le orientaremos lo mejor posible para que el reparto de la herencia sea justo y equitativo, y usted no salga perdiendo. Si desea realizar cualquier consulta puede contactar con nosotros y le atenderemos cordialmente.